Limerencia causada por lo inefable,
Por lo iridiscente de la luz en en tus ojos en júbilo,
De lo inmarcesible a lo efímero, serendipia fuiste,
Pero indeleble eres ahora en mi corazón,
Epifanía de amor, caricia etérea, incandescencia pulsional,
Hasta que el estupor cobra mi elocuencia,
y en silencio solo queda el deseo de mirarte.
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