jueves, 20 de junio de 2013

Templanza


Cuando en ruinas tu alma está,
Y tus fuerzas desfallecen sin cesar,
Esa debilidad abrumadora expuesta,
Que se niega a confesar.

Recuerda que en tu interior la fuerza yace manifiesta,
Es la voluntad perdida la que todo lo orquesta,
La ventana a nuevos mundos y felicidades, a dejar la mirada funesta,
Y verán como la brisa veraniega calienta la fría floresta.

Voluntad de temple y cambio,
Guíame a mi destino anhelado,
Que cada problema en mi camino no termine en agobio,
Que cada éxito en mi camino no me deje adormilado.

Que las despedidas no me rompan,
Y las bienvenidas no me amedrenten,
Que las caídas me enaltezcan,
Y las victorias me hagan sonreír humildemente.

Que la oscuridad no me empantane el alma,
Y que la luz no me haga vanidoso,
Que el poder no me quite la claridad y la calma,
Que el ser vulnerable no me haga quejumbroso.

Que mis pasos creen un camino,
Y no dejar que como hojarasca al viento se decida mi destino,
Que el miedo no me sea paralizante,
Que mi valentía permanezca imponente.

E incluso en el momento más álgido y oscuro,
Una sonrisa ilumine claramente,
Que pueda seguir caminando hacia el futuro,
Porque cuando me conozca finalmente,
No habrá grillete ni muro,
Que pueda detenerme.

2 comentarios:

  1. Me gusta como hablas en este poema del valor y de los altibajos de la vida, es muy esperanzador saber que dentro de nosotros existe la templanza para poder enfrentar la vida misma...
    Que las bienvenidas no me amedranten..

    ResponderEliminar